domingo, 3 de marzo de 2019

Mujer. Gradelio Pérez Romero.



Sé que llegará el momento en que tu belleza será un hecho
inaccesible a mis instintos y te contemplaré como Moisés a La Tierra Prometida,
en la mano el báculo del anciano resignado
y en los ojos una chispa apenas del fuego que fue mío,
Y el desfile apoteósico de tus encantos, será entonces causa de mis tristeza,
porque mirar lo que ya no se puede alcanzar no nos consuela

Será la gran venganza de la soledad, esa que nos alcanza
cuando no hay compañía suficiente
para acabar con el dolor de contemplar la vida desde su orilla
mirando pasar a las muchachas que se van a otra fiesta
que esperan otros besos, que aman en otro mundo

Pero  mientras llega lo que el tiempo dispone para todos, indiferente o sabio,
quemaré en el altar que los hombres erigimos para consagrarte
todos los leños que me quedan, todas las ansias que aún habito
Levantaré poemas como montañas, ríos innumerables de palabras bendecidas
para ti, oh mujer, la verdad más necesaria, la reina que escogimos
para que nos posea y nos redima,
Porque, entre las muchas razones que te dignifican, eres también
el regalo más bello de la creación

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