que me dejo
llevar por ella,
me dejo
acurrucar por ella,
que me tapa los
ojos,
me tapa la
responsabilidad
y me anestesia.
La queja...
que me hace
mirar para otro lado,
me hace mirar
donde no es,
donde no hay
nada que me sirva para crecer.
y por eso la
quiero,
por eso me
pierdo en su abrazo
y por eso a
ella vuelvo,
y vuelvo y
vuelvo y vuelvo a volver
y vuelvo...
la queja...
con su canto de
sirena
que me lleva a encallar
una y otra vez
en falsas e
ilusorias y al final dolorosas orillas
una y otra vez,
y una, y otra ,y otra y otra vez
y otra vez más
hacer aguas, hundirme, ahogarme
en los propios
mares de mis propias lágrimas...
todo, menos ser
el responsable...
todo menos
dirigir mi barco,
todo menos
mirar desde lo alto,
mirarme desde
lo alto,
todo menos
vivir de verdad,
vivir desde la
verdad,
todo menos
tragarme los impulsos,
todo menos
responder aquí y ahora,
la respuesta
como hija de la responsabilidad
todo menos la
realidad...
la queja...
seductora
porque yo quiero que lo sea,
maternal, de la
peor de las maneras...
lo siento,
querida mía queja,
pero ya lo
nuestro...
y no es por tí,
que es por mí, en serio...
pero ya lo
nuestro...
desde ahora,
desde ahora que lo juro delante vuestro,
querida mía
queja,
mi confortable
incómoda sala de espera,
mi sombra, mi
guillotina,
mis lastres y
mis cadenas,
mis sábanas
devoradoras,
mi falso tu
hombro, como tu falso consuelo,
mi querida, mi
ex-amada queja
es que lo
nuestro...
gracias por
todo,
pero esto
nuestro...
ya no tiene
futuro.
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