PALOMA
Me sentí paloma un día
y volé hasta tu boca,
de la sed que yo sentía,
me estaba volviendo loca.
Ya posada entre tus labios,
bebí de tu manantial,
como paloma que era,
volé hasta otros labios
para poderme saciar.
Cual no sería la miel,
que de otra boca bebí,
dolida y arrepentida,
volví de nuevo a ti,
que de la miel de tus labios
toda mi vida beberé,
sin olvidar un solo instante,
que fueron los únicos labios
que me quitaron la sed.
No hay comentarios:
Publicar un comentario