ACUARELA
Del salón en un marco
ondulado de blanco encaje pende,
con su fantasmagórico
reflejo, el cuadro verde
pintado afuera por ramas de duende
árbol. El paso aprietan
paseantes de perros. Los vecinos
en los portales entran
de perfil. Torbellinos
de bolsas, de hojas asaltan algunos
postes sin luz. Las dos
farolas destiñen la nocturnidad
lavada por los llantos
de una lluvia en verdad
sañuda. Rezuma el salón humedad.
No hay comentarios:
Publicar un comentario