MADRE
Madre, se oyen las campanas,
esas que agravian los sentidos,
las que anoche confundimos
cuando rezabas al alba.
Madre, veo al fondo del camino
millares de luces blancas,
de las que siempre me hablabas
pero que nunca he creído.
Madre, ¿no veo tú cara
y tú mano la he perdido?
¡Haz callar tanto gemido!
que estropean mi semblanza.
Madre, que oscuro y que frío,
sígueme, llora con ganas
y si cruzas tal morada
recuerda que te he querido.
las que anoche confundimos
cuando rezabas al alba.
Madre, veo al fondo del camino
millares de luces blancas,
de las que siempre me hablabas
pero que nunca he creído.
Madre, ¿no veo tú cara
y tú mano la he perdido?
¡Haz callar tanto gemido!
que estropean mi semblanza.
Madre, que oscuro y que frío,
sígueme, llora con ganas
y si cruzas tal morada
recuerda que te he querido.
Preciosa poesia, ENHORABUENA Pedro, en ella hay muchos sentimientos , gracias por hacernos participes de ellos,
ResponderEliminarPrecioso. La buena poesía (al menos para mi) rebosa en los ojos.
ResponderEliminarPrecioso. La buena poesía (al menos para mi) rebosa en los ojos.
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