martes, 5 de marzo de 2019
lunes, 4 de marzo de 2019
El amor imposible. Pepe Mandanga.
Siento frío y soledad
Siento angustia aquí en mi pecho
Siento ganas de llorar
Siento tu voz muy adentro
Tengo que hacer un esfuerso brutal
Al no gritarte que te quiero cada día más
Si crees que mi cariño está basado en la locura...
Enciérrame entre rejas, porque lo mío no tiene cura
Cada vez que te veo, mi pluma corre ligera
Y cuando te toco, aunque la mano solo sea
Todo mi amor se estremece, todo mi amor se refuerza,
Y me invita a escribir y el papel me consuela
Porque es a él al que cuento todo lo que mi corazón anhela
Porque él sí me escucha, me consuela
Y me da fuerzas para seguir viviendo
Con este amor que me quema
Me hablas con señorío, con distancias
Con palabras correctas y yo te tengo que escuchar
Aunque no te entienda, porque solo entiendo una cosa
Este amor que me quema
Que día a día va creciendo como una madre selva
Y se va ramificando por todas mis venas
Obstruyéndolas y cualquier día saldrá la sangre
Y moriré gritándote, te quiero...te quiero
Pero tú no te has dado ni cuenta.
Mariposa, mariposa. Rosa María Huete Roldán.
Mariposa, mariposa, cómo
puedes ser tan bella
y lucir esos colores que
el arco iris quisiera.
Si te contemplo de cerca y
compruebo como vuelas
¡con que soltura, con que
elegancia,
con que eficacia!. Me
dejas anonadada.
Me gustaría ser libre como
tú,
volar muy alto y visitar
todos los sitios
que en mis sueños imagino.
Quiero que me llenes de tu
fragancia exquisita,
extraída de las flores que
a diario tú visitas.
Que maravilla cuando muves tus lindas alas,
que precisión y eficacia la
tuya,
para ponerte en el centro
de las flores y polinizarlas.
Tú eres una mariposa de
colores infinitos,
de fragancias sutiles y de altos vuelos,
por eso e pido que seas mi amiga,
que me enseñes a volar,
que me enseñes a soñar
que me enseñes a vivir
libre como tú.
Mariposa, buena amiga,
porque nunca es tarde
para echar a volar y
posarte en esta Rosa.
Niños del tercer planeta. José Manuel Hidalgo.
Voces que callan por el hambre,
mientras la Luna, contempla
sus porqués,
haciendo surcos sus
sufrimientos
y estelas sus esperanzas que se disipan al amanecer,
un amanecer apagado, sin
grandes perspectivas de -
futuro.
No tienen lagrimas solo inocencia, miradas
perdidas
que buscan gritos de
derechos,
así se acuestan en sus lechos
de desconsuelo
hambriento.
No hay fundamento
para justificar tantas
calamidades.
Niños del tercer planeta.
Me cuesta digerir el pan, la leche y hasta la
fruta
pensando en esos hijos del
hambre,
maldiciendo a esos padres de
putas
que han sabido sembrar la
miseria
en el cielo del infierno.
No tengo voz pero si palabra,
no puede haber justicia
social
sin en ella creyera,
para redimir tanto
sinvergüenza
y hacer en este desprecio
mi insignificante guerra.
Mi madre. Begoña Díaz Mora.
Así eres madre
alegre y silenciosa
eres muy generosa
por todos nosotros pasaste dolores
y a pesar de todo somos tus amores
tus hijos somos tu pasión
y tus nietos tu ilusión
eres la mejor madre del mundo
será por el amor tan profundo
que siento por ti
por eso te doy un poco de mí
gracias por ser como eres.
Henchida. Cristina Almarcha.
Como
un cielo abierto, reflejado en el mar
Mostraba
la noche tu belleza
Pura,
cristalina y de azabache.
En
mi frágil memoria veo tu cuerpo
Rodeado
de rosas y aquellos amaneceres
Aún
presentes en esa mirada…
Tu
mirada, llena de la luz del despertar
Cuánto
he de esperar para sentir
Que
vuelves a mí, que puedo abrazarte
Y
no sentirme extraño en esta soledad.
Ahora
camino sin retorno,
Sin
saber mi destino,
Recordando
el abrigo de tus besos
Y
el calor de aquellos labios.
Le
hablo a mi alma
Henchida
por aquel momento que me regalaste
Y
quiero volver
A
estar en tu regazo, a amarte sin fin,
Sin
laberintos, de frente a tus ojos
Sabiendo
que el día existirá eternamente sólo por ti.
Cuando algún día. Irene Sánchez Elvira.
Cuando algún día
que ya no recuerdo, dije
la vida es la sombra absurda
de un autobús abandonado
en mitad del desierto,
aún no había contemplado
el abismo infinito de tus ojos.
El afán de correr hacia el mundo,
con los brazos abiertos.
La ilusión reside en bucear
dentro del propio pecho,
para encontrar,
con toda la perplejidad posible,
que es la guarida de los otros.
Una página de tu libro,
un cordón de tu zapato.
Con flores en el pelo,
y un teléfono rojo,
te ha esperado mi corazón.
Sólo una loca pensaría
que en ese teléfono iba a sonar tu voz,
del otro lado...
_Ring...ring...ring_
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