domingo, 30 de octubre de 2016





EL SON DE LA LLUVIA

Sigo la senda de la noche,

fumando un pitillo.

Las olas están enfadadas                            

y discuten con la poesía.

El charco que titila

me muestra mi humilde figura,

como la hoja del cerezo que prende y luego se va.

Lucho en batallas ardientes de amor,

desoladas y abrasadas por el fuego del maíz equivocado

como un  grano de arroz fuera del arrozal.

 Y… ¿qué se yo de ese fuego, ni del maíz?

En la ciudad sólo la luna me encuentra,

en la lluvia de la noche, con el alma desnuda.

Cristina Almarcha. 

 

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