Una flor
en mi mesa
una estrella insomne
cae
sobre la sábana
y cuelga su voz en mi
pecho
dando golpes,
tocando puertas.
El tic-tac del reloj
sostiene mi mano
y tu respirar sin sueño
está en el mío.
(El arco iris flotó
mudo
como el disparo de la
flecha
de la separación)
Mientras resurjo del
espejo,
viéndome con los ojos
arrugados
de una anciana,
desprendo el amor de mi
espalda
en absoluta desnudez,
desprovista, muda,
en el abrazo, callada,
creo que
ningún poeta sobre esta
tierra
podría encontrar
los versos que te
perdonen.
maravillosa
ResponderEliminarBella!
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