Jose Manuel
¡Callad, ahí llega!
Como llega la noche
Venciendo la languidez de la
tarde,
Andrajoso, maloliente, infantil
desplante
De mente ingenua y hambrienta,
Permite al pensamiento resarcirse
De preguntas insatisfechas,
Deseando escapar de la lactancia
Y agobiado por alimentarse
En la mendicidad de la vida
Se siente tan vacío, tan
ignorante
Del hambruno conocimiento que le
martiriza.
Que descubre un pequeño, diminuto
análisis.
¡Soy dueño de mi hambre!
Antonio
Me invento noches sin ti.
Me arranco los espejos de mi alma
Me duermo sin canciones de luna.
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