viernes, 13 de marzo de 2015

10. EL PESCADOR DE POEMAS



Conocí una vez a un hombre
Que dedicaba sus tardes
A pescar en el mar poemas.

Izaba su vela
Y navegaba sin rumbo
Hasta encontrar en sus redes
Versos con palabras frescas.

En ocasiones, se dejaba
llevar por el viento,
encendiendo diversas linternas,
pues le cubría la noche
en su paseo de estrellas.

Contemplaba a la luna,
Preguntándole en voz alta
Sin ansiar una respuesta;
Más, sin embargo, ella le regalaba
Rimas de su plateada estela.

A la mañana siguiente,
nada más desperezarse el día,
Anclaba su barco en el puerto
Azucaraba su café y bebía,
Saliendo azorado al trabajo
Cargándose de rutina,
Mientras sus nuevos poemas,
Desde el desordenado escritorio
¡Hasta Pronto! – le decían.

 

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