Tras la explosión, un tétrico silencio
ocupa el espacio en la gran urbe.
Todo queda cubierto de un denso humo,
escombros y objetos que como proyectiles
se desplazan en todas direcciones;
el ambiente se vuelve irrespirable,
es como si la vida hubiera dejado de existir.
Apenas el aullido de un perro,
que corre despavorido y sin rumbo
entre los inmovilizados vehículos,
dejando tras de si una nube de polvo
que le oculta tan pronto ha pasado.
Se rompió el silencio,
…sirenas,
…gemidos,
…llantos,
… gritos de dolor;
el pánico tomó cuerpo y se hizo visible.
Aturdidos y confusos,
como vómito abandonan vehículos y edificios,
supervivientes que aún quedan,
como en zombis convertidos;
que no salen de su asombro,
no entienden lo que ha ocurrido.
¡Dantesco escenario,
cayeron las torres…
se estremece el mundo;
locuras del hombre
que mata a los suyos!
Creencias,
…negocios,
…poder desmedido.
Envidias,
… rencores,
…valores vencidos;
inocentes víctimas
de odios encendidos,
triste consecuencia
¡de un poder, podrido!.
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