viernes, 13 de marzo de 2015

5. AMANECES EN MI ALMA



Amaneces en mi alma
            y mi día se encendió.
Me refugie en tu mirada,
            como un lucero alumbró.

El viento azarado se puso a reír.
Una opresión,
            un pálpito. El corazón se salía.
Las palabras como escarchas. Ellas hablar no podían.
El corazón con ternura, vocablos no buscaría.
Muy de quedo, entero se lo ofrecía,
            y la niña de sus ojos, con Amor lo recibía.

Ni risa de viento,
            ni palabras heladas.
Cuando el corazón quiere,
hasta el alma se desgrana,
derrama sus sentimientos, y sin que medie palabra.
Su eco se deja oír:
            Amor,
                        Amor,
                                   Mi corazón, para ti.


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