domingo, 9 de febrero de 2014

24. El mendigo



En cada esquina se pregunta
qué motivo le ha llevado a su miseria,
solo sabe
que Dios le ha abandonado,
y nota como se desangra
el tiempo que le queda,
el hambre le persigue a cada paso
dejándole en el pecho
una nueva puñalada,
busca en la limosna su sustento
y extiende su mano con vergüenza
esperando una ayuda
que mitigue su desgracia.
Se pierde entre los síntomas del vino
y se esconde entre cartones de la Luna,
no siente la mugre que le cubre
en el lúgubre rincón que le cobija,
no sueña
alguien le ha prohibido la esperanza.
Ya no hay retorno,
erró la apuesta de la vida,
su existencia no tiene calendario
ni meta su carrera de mendigo,
para el fracaso no hay medalla,
perdió la dignidad y el rumbo`
porque alguien le empujó
a equivocarse de camino.


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