martes, 21 de enero de 2014

3. Sueños de libertad



Muchas noches mientras duermo, sueño con que estoy volando.
Cual ave ligera y firme me desplazo desde lo alto.

Desde la altura diviso la tierra y sus habitantes,
desde allí todos iguales, ya sean pequeños o grandes.

Puedo ver los animales que corretean por los campos,
en busca de su sustento y el de sus crías, sin descanso.

A veces para impulsarme, mis pies uso de resorte,
otras veces, busco alturas para iniciar mi despegue;
luego, utilizo los brazos y agitándolos consigo,
velocidad suficiente para ganar más altura
que me lleve a mi destino.

Pero siempre se produce algún hecho inesperado,
que frustrando mis deseos me termina despertando.

Me invaden las pesadillas que incomodan mi descanso,
 una noche más se pasa, y me levanto cansado.

Esto algunos interpretan, que es ansia de libertad,
y no hay deseo que más libere que ser capaz de volar.

Evadirse de ataduras que condicionen tu vida,
que coarten tu libertad y te sientas reprimido.

Dar rienda suelta a tu instinto y realizar tus proyectos,
cosas que te hagan feliz sin causar perjuicio ajeno.

El transcurrir de los años va cambiando el panorama,
tengo menos ataduras, y creo conocer la causa.

Ya sueño menos que vuelo, y cuando lo hago es en calma,
ahora lo hago disfrutando, ya nada sujeta mis alas.


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