Busco
tu dilema entre las piernas,
en esos
amores de piel dilatada,
y en esas
aventuras
donde
se deshojan salvajes los cuentos
Lamiendo
tus besos
desgarro
mis pechos
y mis
uñas no te alcanzan,
mientras
visito el terciopelo de tu piel
tantas
veces deseada.
No hay
mares sin ti
océanos
que no traigan brisas de recuerdo:
al olor
de tu cuerpo, a tu sexo
a
salitre fresco,
bendiciones
de nuestra unión.
Quiero
volver a entregarme
sin
temor al sueño pasajero del naúfrago
cuando
a la orilla se acerca el ocaso.
Vuelve
a mi seno.
Será el
futuro de más dilemas
un día,
dos o tres,
pero
será.
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