viernes, 24 de enero de 2014

9. Imaginaria carta de Antonio Machado a Leopoldo de Urquía – 1912 (su amigo entrañable en Baeza)



Amigo mío: añoro nuestra pasada juventud;
el estudio, codo a codo, compartiendo
sombras expectantes de inquietud.
Leopoldo de Urquía, ahora el destino
a Baeza me guía, donde de maestro ejerces.
Baeza, la del cielo azul, allí voy a la cátedra
que me has procurado tú.
Supiste, que a la muerte de Leonor en Soria,
la tristeza me invadió, y dijiste: “ven…
que el aire de Andalucía, vida te volverá a dar,
y ver el azul de su cielo, el cielo
de tu Sevilla, estoy seguro, evocarás.”
Y vine, triste e incómodo en un viejo tren.
¡Ay, pobres trenes de principios de siglo!
Asientos de madera, duros, molestos y mal olor;
en este viaje ¡Cuánto he sufrido! Buscando,
encontrar consuelo en un afecto, que sólo da,
lo que tu y yo tenemos, una verdadera amistad.
Mas…llego a la estación… ¡tú no me esperas!
¿Qué ha podido pasar?...Hasta Baeza, largo camino hay.
En un carro de verduras, tienen la atención de llevarme,
hasta la misma puerta de la Universidad.
Pregunto por el Sr. Urquía. Un bedel, afligido, contesta:
-“Lo siento Sr. Machado, al Sr. Urquía, imposible
le ha sido irle a esperar. ¡En la Agonía, está desde esta mañana,
reunidos sus compañeros, con él están!”-
Doy un grito de dolor: ¡Ay, mi amigo en la agonía!
¡Es para desesperar! (El bedel sonríe.) Sorprendido,
al verlo, le miro yo. –“Sr. Machado, no se preocupe;
son unas copitas…y nada más; la Agonía es una “tasca”
donde algunos maestros, allí, suelen tratar,
asuntos mas o menos serios de la Universidad”-
¡Vaya un alivio! Un abrazo fuerte, corriendo le voy a dar.
(Esta carta es ficticia, aunque la anécdota es verdad, pues,
la cuentan en Baeza a todo el que la quiere escuchar)


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